El 1 de octubre se conmemora el Día Internacional del Café, una fecha especial para rendir homenaje a una de las bebidas más populares y consumidas a nivel mundial. Desde su origen en Etiopía hasta su expansión global, el café ha conquistado los paladares de millones de personas, convirtiéndose en un elemento indispensable en la vida diaria de muchos. Este día no solo celebra el placer de disfrutar una taza de café, sino que también busca visibilizar los desafíos que enfrentan los productores de café en todo el mundo y promover prácticas más sostenibles en su cultivo y comercio.
El café es la segunda bebida más consumida en el mundo después del agua, con aproximadamente 3 mil millones de tazas consumidas a diario. Países nórdicos como Finlandia, Noruega y Suecia lideran el consumo per cápita, mientras que Brasil se posiciona como el mayor productor de café a nivel mundial, aportando más del 30% de la producción global.
A lo largo de los años, el Día Internacional del Café ha puesto en el centro de atención los problemas que afectan a la industria cafetera, desde la disminución del precio del café hasta las condiciones laborales de los trabajadores del sector. En 2023, el lema de la celebración #CoffeePeople, una campaña conjunta de la Organización Internacional del Café (OIC) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esta iniciativa busca promover el derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable en la cadena de suministro del café, subrayando la importancia de proteger a los trabajadores que hacen posible que disfrutemos de esta bebida.
Uno de los grandes retos que enfrenta la industria es el excedente en la producción de café, que ha llevado a una disminución en los precios, afectando directamente a los productores.
Aunque el costo de una taza de café en las cafeterías no ha bajado, la realidad es que los agricultores están recibiendo una fracción mínima de lo que solían ganar, lo que dificulta su capacidad para reinvertir en la producción y mantener la calidad del producto.
Venezuela, conocida en el pasado por la calidad de su café, ha visto cómo la industria cafetera ha sufrido un declive en las últimas décadas. Sin embargo, sigue siendo un sector de gran importancia económica y cultural para el país. En regiones como los Andes venezolanos, la producción de café sigue siendo un pilar para muchas comunidades rurales.
En Stanzione sabemos que para que el café venezolano llegue a las tazas de los consumidores, es necesario contar con un sistema logístico eficiente que garantice la frescura y calidad del producto.