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Logística y cambio climático: ¿cómo se prepara el sector para los nuevos desafíos?

En los últimos años, la conversación sobre cambio climático ha pasado de ser una preocupación ambiental a convertirse en un asunto estratégico para todas las industrias. En el caso del sector logístico, esta transformación no es menor: desde rutas marítimas alteradas hasta nuevas exigencias en diseño de contenedores y tipos de combustibles, la logística global enfrenta un escenario cada vez más desafiante.

El cambio climático como factor de disrupción logística

El cambio climático se manifiesta de múltiples maneras que afectan directamente las operaciones logísticas:

  • Eventos climáticos extremos como huracanes, tormentas o sequías prolongadas pueden paralizar puertos, destruir infraestructura y generar retrasos críticos.
  • Elevación del nivel del mar amenaza a las principales ciudades portuarias del mundo, obligando a replantear inversiones y planes de contingencia.
  • Aumento de temperaturas afecta la eficiencia de ciertos modos de transporte, como el ferroviario o el aéreo, y altera las condiciones de conservación de mercancías sensibles.
  • Cambios en patrones climáticos tradicionales afectan rutas comerciales establecidas, como ocurre con el deshielo del Ártico, que abre nuevas rutas pero también exige nuevas regulaciones y tecnologías de navegación.

El reto de los combustibles y la descarbonización

Uno de los mayores desafíos actuales es el uso de combustibles fósiles en transporte marítimo, terrestre y aéreo. Según la Organización Marítima Internacional (OMI), el transporte marítimo representa cerca del 3% de las emisiones globales de CO₂. Por ello, organismos internacionales han impuesto metas ambiciosas: la OMI, por ejemplo, busca reducir las emisiones del transporte marítimo internacional al menos un 50% para 2050 respecto a los niveles de 2008.

Hacia una logística resiliente y sostenible

La sostenibilidad ya no es solo una tendencia, sino un criterio competitivo clave. Las cadenas de suministro modernas deben ser resilientes, es decir, capaces de anticiparse, absorber y recuperarse rápidamente ante los impactos climáticos.

Esto implica:

  • Análisis de riesgo climático en toda la cadena.
  • Digitalización y monitoreo en tiempo real de los movimientos de carga.
  • Inversión en infraestructura verde, como almacenes con paneles solares o camiones eléctricos.
  • Educación y cultura empresarial enfocada en sostenibilidad a todos los niveles operativos.

El futuro de la logística estará inevitablemente ligado a la sostenibilidad. Las empresas que no se adapten quedarán rezagadas en un mercado donde clientes, reguladores e inversores valoran cada vez más los compromisos ambientales.

En Stanzione promovemos un enfoque de responsabilidad extendida, en el que la eficiencia logística se convierte también en una forma de reducir el impacto ambiental y aumentar la resiliencia de sus clientes ante escenarios cambiantes.

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Conversemos. En Stanzione estamos listos para acompañarte hacia un futuro más sostenible.